A lo largo de estos meses, hemos estado hablando de publicidad creativa, que nos emociona, que nos hace sonreír, que nos fascina y nos pone los pelos de punta. En definitiva, un tipo de publicidad que nos agrada, que nos produce sentimientos podríamos calificar de positivos. Sin embargo, después de realizar la práctica de 'La fealdad' en clase, he querido ir más allá.
No toda la publicidad creativa tiene porque gustarnos a la vista. Considero que una buena campaña publicitaria no debería ser calificada por ser bonita o fea, si no por cómo nos apele a los sentidos, por cómo nos consiga emocionar, bien desde el agrado o bien des de el desagrado.
Y pensando en cómo podría enfocar una entrada así me he acordado de una campaña publicitaria que me marcó mucho, el anuncio exterior de la marca Nolita, por Oliviero Toscani.
En ella, como podéis ver, se muestra de la forma más brutal las consecuencias de la anorexia. Una campaña simple y directa, de una conocidísima marca italiana de moda, que no tiene como finalidad agradar al público, si no que pretende despertar repulsión, rechazo hacia lo que estamos viendo. Pretende reivindicar, demoler cánones, marcar una línea diferenciadora entre lo que es belleza y enfermedad. En una sociedad como la que nos encontramos, que presume de ser la máxima defensora de la libertad de expresión, se censuró dicha campaña.
Pienso que en los tiempos que corren, en los que la anorexia es un enfermedad 'demasiado común', nos hemos acostumbrado a verla como algo que 'todos sufrimos en algún momento' como una especie de 'ritual de trance' para todas las adolescentes (dejadme utilizar el género femenino, los porcentajes hablan por sí mismos). Podríamos decir que hemos llegado a no ser realmente conscientes de todo lo que conlleva dicha enfermedad.
La joven de la fotografía decidió protagonizar la campaña 'para que la gente vea y sepa lo que realmente es la anorexia'.
Y la verdad es que en un mundo en el que se juzga principalmente a las personas por su físico, en el que la delgadez extrema es sinónimo de belleza, y en el que se instaura la belleza de las mujeres (y también la de los hombres) mediante cánones que tan solo pretenden crear estereotipos a merced de una sociedad que no posee personalidad ni criterio, en la que para encajar y triunfar tienes que dejar de lado tus peculiaridades y amoldarte a lo que se considera normal, donde todos siguen al 'macho alfa de la manada' como 'borregos' (cuánto le gusta a mi madre esta expresión!), son necesarias campañas publicitarias como estas, para darnos ese toque de atención, para abrirnos los ojos y ver hacia donde nos estamos abocando. Como dijo Giorgio Armani 'estas campañas con imágenes tan duras y de tanta crudeza son justas y oportunas'.
El artífice de esta campaña, el fotógrafo Oliviero Toscani, es conocido por campañas publicitarias que pretenden reinventar la publicidad que conocemos. Es un creador de conceptos que va más allá de limitarse a tomar fotografías del producto.
Es el artista (en negrita para mostrar mi apoyo a su visión de esta sociedad y por conseguir herir sensibilidades a partir de las cuales concienciar a los espectadores) de otras controvertidas campañas publicitarias, como para Benetton, para los que trabaja habitualmente y ya es más que conocido.
La entrada de 'Unhate' por Alba (loquegrito) también es creación de este fotógrafo.
Toscani es un creador de concepto, un pensador de verdad. Los "colores unidos" de Bennetton se convirtieron en uno de sus conceptos más famosos.
Os transcribo a continuación alguna de sus frases, que a quién más o a quién menos, nos invitan a reflexionar.
"Son las caras de nuestros tiempos que confirman todo lo que los clichés rechazan y te invitan a descubrir la belleza de todas las razas y marcar una diferencia."
"No hay ninguna necesidad de usar la tecnología para emocionar al mundo."
"No debe haber límites para el arte, todo se puede debatir y cuestionar."
Bueno, la verdad es que me ha encantado escribir esta entrada y espero realmente que os haya llegado tanto como a mí.