Lisboa.Verano 2011.
De Rua da Bica subimos al Barrio Alto en uno de los famosos funiculares amarillos portugueses.
En su pausado traqueteo, disfrutamos del paseo por la callejuela. Foto aquí, foto allá. Lo mejor nos esperaba al final: Lisboa a nuestros pies asomándose tímidamente entre las casas.
Sube, baja y vuelve a subir. Descubres la ciudad, sus rincones, sus calles, sus calles acogedoras, sus calles pobres, su gente, su cultura. Su vida. Nada nos deja indiferente en esta ciudad.
Días de ajetreo, días de planes, días de autobuses, días de trenes, días de excursión, días de pasteles, días de compras, días de libros, días nuevos, días de perderse en unas calles y días de encontrarse en otras, días de paseos, días de recuerdos, días de desacuerdos, días por descubrir, días de todo, días de nada. Pero también noches, noches de fado, noches tranquilas, noches cantadas, noches de bienvenida, noches de amigas, noches de mapas, noches de guías, noches tontas, noches fotografiadas. Y fotos. Fotos fotos y más fotos. Y más recuerdos que guardar. Días y noches, noches y días juntas, sobre todo juntas.
Una preciosa ciudad por la que callejear y disfrutar.
nunca he estado en Lisboa, pero es una ciudad a la que si que me gustaría mucho ir :)
ResponderEliminarMe ha encantado como está escrita tu entrada. Una preciosidad. Además, me han entrado unas ganas enormes de visitar la ciudad.
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